22 gener 2007
Los que no ven a Pla de presidente
Los primeros movimientos en el PSPV preparando la derrota en mayo acentúan las dudas respecto a las opciones del candidato socialista en las elecciones autonómicas
Los primeros movimientos en el PSPV preparando la derrota en mayo acentúan las dudas respecto a las opciones del candidato socialista en las elecciones autonómicas
En Blanquerías hay quien no apostaría todo su capital a que el actual líder de los socialistas valencianos, Ignasi Pla, será el ganador en las elecciones autonómicas del último domingo de mayo. Las expectativas no son del todo optimistas. El PP mostrará esta semana una nueva encuesta que afianza la posición de Camps.
La primera consecuencia de esa situación, empujada por la proximidad de la cita electoral, pasa por la recuperación de movimientos de carácter interno en las filas socialistas. A lo largo de los últimos meses, y de forma más intensa durante las últimas semanas, se han sucedido reuniones y movimientos estratégicos. Y todos ellos con un denominador común: preparar el día después del 27-M. ¿Para gestionar la victoria? Parece que más bien para todo lo contrario.
El primero que se ha situado en esa carrera por estar el primero cuando Ignasi Pla reconozca la derrota electoral es el alcalde de Alaquàs, Jorge Alarte. El joven dirigente del PSPV es de los que no se ha escondido a la hora de mostrar su disponibilidad si las urnas demuestran que el efecto Zapatero, en la Comunitat, no pasa de ser un eslogan poco efectivo.
Formar aparato
Alarte es miembro de la dirección del PSPV –lo que le convierte en cierta medida en corresponsable del resultado electoral–, pero no es el único componente de la ejecutiva que trabaja ya con el escenario de una derrota electoral. Al propio secretario de Organización, Vicent Sarrià, se le ha atribuído trabajo “de aparato” –el que va dirigido a formar equipo propio a lo largo de las comarcas– pensando en controlar los resortes de la organización y tener representación propia el día después de las elecciones.
La recuperación de los movimientos orgánicos en el PSPV –casi aparcados en su totalidad desde el congreso de 2000 en Alicante– ha permitido también que algunas de las referencias históricas del partido vuelvan a tomar posiciones de cara a exhibir musculatura comarcal ante un futuro proceso congresual.
Entre esas referencias ocupa un lugar destacado lo que se conoce como la “mesa camilla”. Este lobby de presión, compuesto por los barones comarcales de l’Horta nord, José Luis Andrés Chavarrías; l’Horta sud, Josep Santamaría; Camp del Turia, José María Ángel; y Valencia ciudad, Rafael Rubio, ya mantuvo hace semanas una reunión con Ignasi Pla para trasladarle su visión respecto al proceso de confección de candidaturas. Y sobre todo, para hacerle ver que continúan existiendo como grupo de presión. El mensaje de que la composición de las candidaturas electorales debe ser con su consenso se sujeta sobre la convicción de que Ignasi Pla no dispone de autonomía suficiente para presentar al comité nacional del 17 de febrero una candidatura sin su apoyo.
El último en subirse al autobús de los desconfiados en la victoria electoral de Pla ha sido otro clásico, Francesc Baixauli. Pese a formar parte también de la ejecutiva, y a haber contribuido en el congreso de 2000 a la victoria de Pla, el diputado provincial ha desenterrado una nueva versión del Movimiento por el Cambio –la plataforma que sirvió para lanzar a Joan Romero en 1997– recuperando el discurso de las nuevas formas de hacer política, la participación de la militancia y la transparencia que sólo se aplicará si el PSPV no gana en 2007.