24 febrer 2007
Cuarto y ración de encuestas
El pasado lunes, finalizada la reunión de la ejecutiva federal socialista que preside el, a su vez, presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero , un reducido grupo de periodistas rodearon al secretario de organización del PSOE, el inefable Pepiño Blanco . Tras un repaso genérico al convulso y engrescado escenario político nacional, Blanco se dedicó a una de las cosas que mejor sabe hacer: alardear de encuestas sobre intención de voto que obran en su poder y que en muy raras ocasiones se facilitan, en papel, a los informadores. Una de dichas encuestas se refería a la Comunidad Valenciana y según los datos y comentarios esbozados por el dirigente socialista, Joan Ignasi Pla , candidato del PSPV-PSOE a la presidencia de la Generalitat, tiene muchas posibilidades no de ganar las elecciones, pero sí de acabar gobernando mediante un pacto de gobierno con la coalición que lideran Esquerra Unida y el Bloc. Según nos relata uno de los presentes en la improvisada reunión de plumillas con Pepe Blanco, éste hizo un especial hincapié en las buenas perspectivas electorales que empieza a ofrecer la candidata socialista al Ayuntamiento de Valencia, Carmen Alborch , siempre según las encuestas que Blanco dice manejar y que en no pocas ocasiones provocan cierta hilaridad entre los colegas madrileños. Es cierto que la designación de Alborch como alcaldable generó desconfianza en no pocos socialistas valencianos, quienes veían en la candidata una serie de puntos débiles, siendo alguno de ellos su negativa en anteriores ocasiones a liderar la misma candidatura y su escasa vinculación con la realidad de una ciudad que no la ha tenido de vecina los últimos años. Si los estudios sobre intención de voto citados por Blanco existen, obran en su poder y éste los ha trasladado a los dirigentes de los socialistas valencianos, se entiende el ambiente festivo y un tanto eufórico que algunos de éstos transmiten cuando se les pregunta por la marcha de la precampaña y sus aspiraciones electorales. Por la cuenta que le trae a Pla, mejor que así sea, porque en caso contrario y dado el sindicato de agraviados que se está formando a cuenta de las candidaturas autonómicas que él mismo ha bendecido, si tras la jornada electoral del 27 de mayo no resulta agraciado con la presidencia de la Generalitat, la cola de los que pedirán su cabeza va a exigir un dispensador de numeritos, al estilo de los que se instalan en las carnicerías para que los clientes guarden el preceptivo turno. Y precisamente no es el alcalde de Alaquàs, Jorge Alarte , el agraviado número uno, pese a todo lo que se ha escrito hasta la fecha sobre su esperada reacción tras ser excluido, contra muchos pronósticos, de las candidaturas autonómicas. Al fin y al cabo todo el mundo da como seguro que el ya no tan joven alcalde y aspirante a suceder a Pla si éste “pincha” en mayo, se refugiará en la Diputación de Valencia y desde ahí dará qué hablar. Son otros muchos los que se han sentido excluidos de un puesto de salida en las candidaturas autonómicas que les hubiera garantizado un escaño en las Cortes Valencianas. Hablamos de dirigentes comarcales que durante la larga travesía del desierto del PSPV-PSOE en la oposición han aguantado el tipo y, dato a tener en cuenta, han cerrado filas en torno a Pla, aún pensando que éste no era ni el mejor secretario general que el PSPV-PSOE podía disfrutar. ni el mejor candidato a la presidencia de la Generalitat. A la lista de agraviados cabe sumar a aquellos que, sin tener ninguna aspiración, más allá de la de desear que el PSPV-PSOE salga del ostracismo de la oposición, se han visto fatalmente sorprendidos por unas candidaturas electorales “faltas de nivel político y proyección social”. Si Pla acaba gobernando, muchos de los que ahora se sienten agraviados, pongamos por caso Enrique Villarreal , se verán recompensados, quién sabe si con una conselleria, como la que se le ha prometido a Villarreal. Si no es así, ¡ay! si no es así…
La maldad: Rita se enfada
Todavía trae cola en el PP, interna, pero cola, la floja entrada que registró el polideportivo de El Cabanyal el pasado viernes, por la tarde, con motivo del que se preveía iba a ser un multitudinario acto de presentación de candidatos municipales a las alcadías de Valencia, Alicante y Castellón. La presencia de Mariano Rajoy no fue suficiente gancho y los autobuses procedentes de Alicante y Castellón no llegaron, mientras que los de Valencia resultaron, a todas luces, insuficientes. Finalizado el acto y comprobado que, además, las pantallas instaladas en el exterior del recinto no funcionaron correctamente, cuentan testigos presenciales que la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá , visiblemente molesta, le espetó a Alfonso Rus , alcalde de Xàtiva y presidente provincial del PP: “Esto no se paga, Alfonso, esto no se paga”. No sabemos si se refería al coste económico de instalar las pantallas o al coste, éste menos evaluable, de no haberse alcanzado las expectativas de asistencia a un acto en el que ella debía ser protagonista junto a Rajoy.