Notícies d'Alaquàs

20 de juliol 2010

UN HEROI D'ALAQUÀS


16 de juliol de 2010

«Ahora tengo dos fechas de nacimiento»
16.07.10 - 00:27 - JAVIER MARTÍNEZ jmartinez@lasprovincias.es VALENCIA.

Dos policías le salvaron la vida al desobstruirle la garganta con una maniobra que aprendieron en cursillos de primeros auxilios.

Un guardia civil, a punto de morir al atragantarse con un molusco en Alfafar

José F. C. tiene 46 años de edad, pero volvió a nacer el pasado 6 de julio. «Ahora tengo dos fechas de nacimiento», bromea el guardia civil mientras abraza a los policías Rafa Ordiñana y Vicente Ignacio. Los tres agentes se conocieron en unas circunstancias dramáticas cuando se encontraban fuera de servicio.


José comía con su mujer en un restaurante oriental de Alfafar. El reloj marcaba las tres y media de la tarde. Otras 20 personas ocupaban varias mesas del local. Entre ellas se encontraban un policía local de Alaquàs y un policía nacional de Torrent, Rafa Ordiñana y Vicente Ignacio, respectivamente, amigos de la infancia.

Nada hacía presagiar los minutos de angustia que vivieron los clientes y empleados del restaurante. De forma inesperada, el guardia civil comenzó a respirar con dificultad. Un molusco que acababa de ingerir obstruía su garganta. La situación era crítica. José se estaba asfixiando. Alguien gritó que llamaran al 112. Fueron momentos de gran tensión y nerviosismo.

Pero Vicente y Rafa no perdieron la serenidad. La ambulancia tardaba. La vida de José pendía de un hilo. Los policías decidieron practicar la maniobra de Heimlich, una técnica para desobstruir el conducto respiratorio. Había llegado el momento de aplicar la teoría aprendida en los cursillos de primeros auxilios.

Sin perder tiempo, el policía nacional se identificó como agente, al mismo tiempo que apartaba de la mesa a los clientes y camareros. Vicente sentó a José en una silla y le presionó el abdomen en numerosas ocasiones. Hasta 20 veces practicó la maniobra, pero la víctima no expulsaba el trozo de molusco, concretamente una navaja.

Mientras los policías se afanaban por salvar la vida del guardia civil, la mujer de la víctima hablaba por teléfono con un médico del servicio de urgencias 112. Tras la veintena de maniobras fallidas, Rafa cogió el relevo de su amigo. «Apreté fuerte la boca de su estómago, y a la tercera arrojó por la boca el trozo de molusco», relata el policía local. «Sonó algo parecido como cuando descorchas una botella de champán», precisa el joven.

Los cuatro minutos de angustia habían terminado. José volvía a respirar con normalidad. Si el atragantamiento hubiera durado un poco más, el guardia civil podría haber muerto por asfixia. «Les debo la vida», asevera.

La víctima se reunió ayer con los policías para agradecerles su auxilio. «Esto no lo olvidaré nunca», afirma José, acompañado por su mujer, mientras abraza otra vez a Rafa. «Se merecen una condecoración. El médico nos dijo que mi marido estaba vivo por la maniobra de los policías», explica la esposa. «Si esperan a la ambulancia es posible que hubiera muerto. Llevaba mucho tiempo sin respirar», añade.

Además, el guardia civil y el policía local de Alaquàs comparten otra fecha. Cumplen años el mismo día: el 10 de junio. Casualidades de la vida.