Notícies d'Alaquàs

01 d’octubre 2009

MARIA ESTEVE I LA HISTORIA D'ALAQUÀS

29 setembre 2009

María Esteve
"Mi padre llevaba tabaco a Pilar Millán Astray en la cárcel de la Purísima"

Apenas perviven en Alaquàs recuerdos de la cárcel de presas políticas de la alta sociedad en la que el Gobierno de la República convirtió el convento de la Purísima


«Mi padre llevaba tabaco a Pilar Millán Astray en la cárcel de la Purísima»
«Mi padre llevaba tabaco a Pilar Millán Astray en la cárcel de la Purísima»
El de María Esteve, la presidenta del «Teatret» es uno de ellos.

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Por su oficio de barbero, Vicente Esteve Aguilar entraba y salía de la casa de ejercicios La Purísima, mientras se mantuvo como cárcel de mujeres, ya que cortaba el pelo y afeitaba a sus responsables. Fue posiblemente el único vecino de Alaquàs que tenía contacto habitual con el campamento.

¿Qué recuerda de las visitas de su padre a la cárcel de mujeres de la Purísima?

Mi padre era barbero y acudía allí a menudo a cortar el pelo y a afeitar alos responsables de la prisión. El jefe de cocina prefería venir a nuestra casa a arreglarse. Era un hombre muy afable que le traía café a mi padre porque sabía que le gustaba y escaseaba.

¿Tuvo contacto allí con las prisioneras políticas?

Sí. Él entraba y salía libremente y seguramente ellas estaban paseando por los jardines. Siempre intentaba hablar con ellas porque sabía quienes eran el motivo por el que estaban allí. Luego siempre iba intentando buscar tabaco rubio por ahí y decía que lo quería para Pilar Millán Astray, que se lo pedía. No sé si después se lo fumarían otras presas o sólo ella.

¿Cómo conseguía su padre el tabaco en aquel tiempo?

En aquel momento, había mucha escasez de cosas y, por eso, funcionaba mucho el mercado negro, el estraperlo. Creo que lo conseguía de esa forma y, cuando podía, se lo llevaba a Pilar, aprovechando sus visitas a la casa de ejercicios.

¿Le hablaba a usted de lo quepasaba allí? ¿Lo comentaba en su casa?

Sí. Nos contaba alguna cosa. A veces comentaba que allí estaba encerrada una sobrina del general que había dado el golpe militar. Se refería a Franco, claro. (La presa era Pilar Jaraiz Franco, como informó Levante-EMV el pasado domingo). Y también mencionaba a otras mujeres conocidas que estaban allí.

¿Qué pensaba usted de todo aquello?

Yo tenía 14 años y lógicamente ya me daba cuenta de lo que pasaba y del clima de temor en el que vivía Alaquàs durante la Guerra Civil. Veíamos las fechorías que se hacían y teníamos miedo. No podíamos ni estar en la puerta de casa, casi no podíamos salir a la calle. Recuerdo una vez que un grupo de milicianos nos encañonaron hasta que entramos en casa. Entonces, para algunos de nosotros, como las fechorías las hacían los republicanos y pensábamos que los otros eran los buenos, Supongo que como en otras partes de España que pensarían al revés. La guerra fue terrible para todos.

¿Supieron del paradero posterior de todas aquellas mujeres? ¿Volvió su familia a tener contacto con alguna después de la guerra?

No. Nunca supimos nada de ellas. En un momento dado se desmanteló y no supimos ni dónde las llevaron. Pero yo recuerdo que aquello me marcó y de hecho, cuando empezamos con «El Teatret», a mediados de los años 40, una de las primeras obras que yo quise representar fue precisamente «La tonta del bote» de Pilar Millán Astray. Eso fue en 1948.

¿Cuánto tiempo estuvo su padre haciendo de barbero para los funcionarios republicanos?

Bastante tiempo pero no lo sé con seguridad. Supongo que el tiempo que durara allí la prisión.