17 febrer 2009Alarte dejará la alcaldía tras el verano
El líder socialista planea ceder el mando del Consistorio de Alaquàs después del congreso local del PSPV de Valencia
Alarte, junto a un cartel de su candidatura a la secretaría general del PSPV.
El que mucho abarca, poco aprieta. Y construir una alternativa con posibilidades a desbancar a Francisco Camps de la Generalitat requiere concentrar todos los esfuerzos en la tarea. Sobre todo después de casi 14 años sin pisar el Palau, como le sucede al PSPV. Consciente de ello, el líder de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, dejará la alcaldía de Alaquàs en unos meses para dedicarse en cuerpo y alma a la candidatura a las elecciones autonómicas de 2011.
Fuentes cercanas al secretario general del PSPV y al Ayuntamiento de la localidad valenciana que gobierna señalaron a este periódico que la renuncia a la alcaldía se producirá cuando haya concluido todo el proceso de renovación del partido. Es decir, después del congreso de los socialistas en la ciudad de Valencia, que es el último asunto interno que Alarte tiene pendiente después de los congresos provinciales con los que la estructura valenciana quedó por fin adecuada a los estatutos del PSOE.
Esa premisa, la de esperar a que se solventen todos los procesos internos, aplaza la decisión hasta después del verano. La dirección del partido calcula que el congreso del PSPV de Valencia no se celebrará antes de septiembre. La comisión delegada creada para pilotar la reorganización del partido en la ciudad acaba de comenzar las entrevistas a los más de 2.000 militantes para decidir en cuántas agrupaciones divide las fuerzas socialistas. Después de esta fase, que se alargará casi hasta junio, se tendrán que convocar las asambleas de distrito (para elegir a sus respectivas ejecutivas), con lo que el partido se planta en las vacaciones de verano.
Aunque para entonces ya habrá pasado un año desde el congreso en que Alarte fue elegido secretario general del PSPV, se trata de la fecha que más beneficiaría al líder de los socialistas valencianos. Por un lado, tras pagar las cuentas internas pendientes y rodearse de personas de su confianza, habrá configurado un equipo que se ponga a trabajar con el mismo objetivo.
Por otro, Alarte encararía con fuerza las elecciones primarias para elegir al candidato a la Generalitat, que según el calendario se celebrarían el segundo trimestre de 2010 (un año antes de los comicios). Si el líder del PSPV llega a esa cita con un cierto recorrido en las labores de oposición al Consell, consigue marcar la pauta en los debates de política general y de presupuestos para el próximo año, y logra que alguna encuesta refleje un aumento de su popularidad, las condiciones serán más propicias para que sea el único aspirante a medirse con Camps.
Aún así, todavía planea sobre Blanquerías la sombra de la posible candidatura de la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, que goza de un mayor grado de conocimiento por parte de los ciudadanos de la Comunitat y podría reclamar en cualquier momento una compensación por el apoyo prestado a Alarte. Es por eso que la visibilidad del líder del PSPV será clave para que éste mantenga su aspiración. Y, para ello, el secretario general tiene que centrarse en esa tarea.
Alarte era consciente de que tendría que renunciar a la alcaldía desde que decidió su candidatura a la secretaría general del PSPV. Aunque, en público, siempre lo haya negado, su entorno ha confirmado la evidencia en más de una ocasión. Incluso el vicesecretario del partido, Alejandro Soler, desveló pocos días después del congreso que el propio Alarte le había confesado que no terminaría la legislatura en Alaquàs, ciudad que gobierna con mayoría absoluta desde 1999.
El todavía alcalde tiene por delante unos pocos meses para decidir quién será su sucesora (las tres posibilidades tienen nombre de mujer). La concejala de Economía, Isabel Mondéjar; la edil de Urbanismo, Eva Martínez, y la responsable de Educación, Elvira García, son las mejor situadas según el parecer de dirigentes conocedores del funcionamiento del Ayuntamiento. Aunque es esta última, también teniente de alcalde, quien ya ha asumido en funciones el grueso de las principales responsabilidades de Alarte en el consistorio.
Fuentes cercanas al secretario general del PSPV y al Ayuntamiento de la localidad valenciana que gobierna señalaron a este periódico que la renuncia a la alcaldía se producirá cuando haya concluido todo el proceso de renovación del partido. Es decir, después del congreso de los socialistas en la ciudad de Valencia, que es el último asunto interno que Alarte tiene pendiente después de los congresos provinciales con los que la estructura valenciana quedó por fin adecuada a los estatutos del PSOE.
Esa premisa, la de esperar a que se solventen todos los procesos internos, aplaza la decisión hasta después del verano. La dirección del partido calcula que el congreso del PSPV de Valencia no se celebrará antes de septiembre. La comisión delegada creada para pilotar la reorganización del partido en la ciudad acaba de comenzar las entrevistas a los más de 2.000 militantes para decidir en cuántas agrupaciones divide las fuerzas socialistas. Después de esta fase, que se alargará casi hasta junio, se tendrán que convocar las asambleas de distrito (para elegir a sus respectivas ejecutivas), con lo que el partido se planta en las vacaciones de verano.
Aunque para entonces ya habrá pasado un año desde el congreso en que Alarte fue elegido secretario general del PSPV, se trata de la fecha que más beneficiaría al líder de los socialistas valencianos. Por un lado, tras pagar las cuentas internas pendientes y rodearse de personas de su confianza, habrá configurado un equipo que se ponga a trabajar con el mismo objetivo.
Por otro, Alarte encararía con fuerza las elecciones primarias para elegir al candidato a la Generalitat, que según el calendario se celebrarían el segundo trimestre de 2010 (un año antes de los comicios). Si el líder del PSPV llega a esa cita con un cierto recorrido en las labores de oposición al Consell, consigue marcar la pauta en los debates de política general y de presupuestos para el próximo año, y logra que alguna encuesta refleje un aumento de su popularidad, las condiciones serán más propicias para que sea el único aspirante a medirse con Camps.
Aún así, todavía planea sobre Blanquerías la sombra de la posible candidatura de la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, que goza de un mayor grado de conocimiento por parte de los ciudadanos de la Comunitat y podría reclamar en cualquier momento una compensación por el apoyo prestado a Alarte. Es por eso que la visibilidad del líder del PSPV será clave para que éste mantenga su aspiración. Y, para ello, el secretario general tiene que centrarse en esa tarea.
Alarte era consciente de que tendría que renunciar a la alcaldía desde que decidió su candidatura a la secretaría general del PSPV. Aunque, en público, siempre lo haya negado, su entorno ha confirmado la evidencia en más de una ocasión. Incluso el vicesecretario del partido, Alejandro Soler, desveló pocos días después del congreso que el propio Alarte le había confesado que no terminaría la legislatura en Alaquàs, ciudad que gobierna con mayoría absoluta desde 1999.
El todavía alcalde tiene por delante unos pocos meses para decidir quién será su sucesora (las tres posibilidades tienen nombre de mujer). La concejala de Economía, Isabel Mondéjar; la edil de Urbanismo, Eva Martínez, y la responsable de Educación, Elvira García, son las mejor situadas según el parecer de dirigentes conocedores del funcionamiento del Ayuntamiento. Aunque es esta última, también teniente de alcalde, quien ya ha asumido en funciones el grueso de las principales responsabilidades de Alarte en el consistorio.