8 febrer 2009Ramón Alapont tiene una minusvalía del 65 por ciento debido a una hemiparesia (debilidad motora de una parte del cuerpo) que le afecta a su mano derecha y a que es epiléptico. A pesar de todo, trabaja con absoluta normalidad en una empresa de servicios ambientales integrados (CTL) situada en el polígono de Alaquás.
«Me las apaño muy bien con una mano, pero si veo que no puedo hacer algo, pido ayuda», afirma sin avergonzarse, aunque reconoce que las personas con discapacidad se encuentran con más barreras para encontrar trabajo.
Él llegó a la empresa a través del Ivadis, donde tras estudiar administrativo realizó un curso de Internauta. Tras el curso se quedó trabajando dos meses, hasta que en noviembre de 2008 se incorporó a CTL.
Aunque afirma que no ha sentido el rechazo -incluso asegura que no quiere operarse porque «yo he nacido así, es mi mano y así se va a quedar»- señala que «la falta de información hace que mucha gente nos tenga miedo, no saben cómo tratarnos,dudan y por eso no nos dan una oportunidad para demostrar de lo que somos capaces».
En su caso nunca se ha detenido ante los problemas. Estudió primero en un colegio para disminuidos físicos, «pero los psicólogos vieron que no era necesario y me llevaron a un colegio normal donde estudié EGB y después hice Formación Profesional». A pesar de todo, reconoce que ha habido momentos duros, «siempre hay alguien que te insulta, pero no vale la pena hacerles caso».
En cualquier caso asegura que para salir adelante lo primero es «creérnoslo nosotros mismos, luchar por hacer lo que queremos, y luego que los empresarios nos den una oportunidad para demostrar lo que valemos». Por ello, anima a las personas con alguna minusvalía a «luchar por sus sueños».